Viendo la primera foto del post anterior, me vienen a la cabeza todos esos que claman contra Otegui, Bildu y el mundo abertzale porque según ellos son terroristas.
Entiéndase bien clarito que el que suscribe no tiene especial simpatía por ninguno de los nombrados, pero se asombra de la hipocresía de quienes, pese a que todos ellos han declarado por activa y por pasiva que rechazan el terrorismo, los siguen calificando sin tapujos como tales y no solo eso; tachan de etarra a cualquiera que ose tener el más mínimo roce con ellos.
En cambio nada se les ha oído decir cuando el señor ese del bigote de quita y pon, departió amigablemente con un terrorista, no convicto porque nunca estuvo ante un tribunal, pero si confeso, pues no solo reconoció estar detrás del
atentado al vuelo 103 de PAN AM que desencadenó la tragedia de Lockerbie sino que se avino a indemnizar a los familiares de las víctimas.
Y no solo departió con él por protocolo o por simple cortesía intergubernamental ¡¡¡NO!!! Trabó cierta amistad con el sujeto, al que llegó a calificar de
amigo extravagante para defenderlo de los que lo atacaban. Aunque esta defensa quizá no fuese desinteresada. Detrás había en juego varios cientos de miles de euros de comisiones que el ex-presidente esperaba cobrar por negocios con Libia.
270 muertos de una tacada en ese atentado, más otros que se cometieron bajo su manto durante más de dos décadas. Si nos dijesen que confeccionásemos un ranking de terroristas, lo primero que se nos ocurriría sería clasificarlos por el número de muertos que han causado. Pues bien;
ETA tiene asignados 829 a lo largo de sus cuarenta años largos de atentados. El amigo extravagante alcanzó en un solo atentado más del 30% de esa cifra.