No hay mejor sitio para cazar nubes que navegando, aunque si es por obligación gusta menos. Como barco meteorológico, enviabamos por telex, cada seis horas, las observaciones para luego salir en el faximil como «un puntito con cola», aunque parecía una chorrada, una vez nos llamarón vía Inmarsat a los 30 minutos por ser los únicos que dabamos viento opuesto al resto, obviamente alguien se había equivocado al pasar los numeritos.
A lo que ibamos, FECYT: Cazadores de Nubes
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