Todos los marinos conocen que lo último que se debe hacer es abandonar el barco, este es el lugar más seguro y fácil de ser encontrado hasta que se pierde (gran obviedad), en la náutica de recreo hay muchos casos de abandonar la embarcación y luego, tras pasar el temporal, mientras se busca a los supervivientes lo que aparece es el barco pero de estos no hay ni rastro, la regata Fastnet de 1979, es un claro ejemplo.
A estas alturas sorprende el caso del Pratibha Cauvery, el petrolero estaba fondeado en Chennai (India) cuando el ciclon Nilam lo echo a la playa el pasado 31 de octubre, como suele suceder últimamente, el intento de abandonar el fondeadero se hizo demasiado tarde, no consiguió velocidad suficiente para salir y a pesar de fondear las dos anclas acabo en la playa. Hasta ahí, un accidente más, posiblemente por falta de planificación y destreza, pero una vez varados, la decisión de abandonar el “fuerte” en esas condiciones es kamikaze, no sé que pasaría por la cabeza de esos “marinos” salvo una situación de pánico. Resultado: el bote dio la vuelta y 6 tripulantes murieron (uno de ellos abordo).
hasta una balsa hubiera sido más segura.