En la ciudad de Orán, aparece durante la década de 1940, una extraña plaga de ratas. Tras un tiempo en que se ven por todas partes, en Abril, empiezan a aparecer las primeras ratas muertas…
AbrilAparecen ratas muertas con extraños vómitos.
Aumentan, se comienza a comentar, y en la prensa se denuncia el hecho.
La autoridad hace un comité. Se comienzan a incinerar.
A finales de mes se reducen. Alivio.Mayo
Primeros muertos, aún no asociados a la enfermedad.
Sigue la campaña de prensa contra el alcalde, pero no se habla de los enfermos, sino aún de las ratas, ya que éstos “mueren en sus cuartos y las ratas en la calle”.
Un médico sospecha que es la peste. “Pestes y guerras cogen a las gentes desprevenidas”.
Pero los ciudadanos de la moderna ciudad se olvidaban de ser modestos, daban por hecho que las plagas son imposibles y continuaban “haciendo negocios, planeando viajes y teniendo opiniones”.
La autoridad se niega a tomar medidas, debe tratarse de una falsa alarma.
Carencias en los hospitales. Tras una conferencia de médicos se toman tibias medidas higiénicas.
La prensa comienza a hablar de la epidemia, pero la define como cólera.
Hospitales repletos. No hay sueros suficientes.Junio
Se empieza a organizar la cuarentena de los familiares de las víctimas. Se prohíbe salir de la ciudad. Se permite entrar a familiares, pero son escasos los que deciden reunirse.
No se habla de otra cosa que de la peste.
Sentimiento de exilio, malhumor, se trivializa el dolor de los enfermos.
Más de 300 muertos semanales en una ciudad de 200.000.
Sólo a partir de la 6ª semana se toma conciencia de la gravedad.
Aumenta el ocio y la bebida.
Intentos de salir mediante favores personales, infructuosos.
La Iglesia organiza con éxito plegarias colectivas. Un sacerdote habla de castigo divino.Julio
Temor al calor….
Vía Estratega, blog de lectura recomendada.