El Fortuny se hace un boquete de un metro después de chocar en el puerto durante una maniobra. Las Provincias
Nada que no se arregle con seguro, chapa y pintura. Hace tiempo, también en Valencia, con fuerte viento “aprochante” y con remolcador firme en popa, en el reviro de la maniobra de atraque, el práctico (venerable entonces y ya jubilado ahora) mando al remolcador aguantar. Con la popa ahorcada, la proa fue como un tiro al muelle (a pesar de la lateral), y en vez de repartirse el golpe en la banda y cintón, acabamos clavándonos un noray en la amura. Ya atracados, recibimos una lección magistral del practico cuando nos ordenó fondear estribor (babor estaba sobre el muelle), “para que conste que hemos usado todos los medios posibles por evitar el golpe”. Minutos mas tarde, desembarcaba, si darle mayor importancia a lo ocurrido, mientras llegaban los guardamuelles para pasar la boleta de los daños al cantil y noray.