La Guardia Costera está analizando el viaje del ‘Seajewel’, que sufrió un ataque mientras descargaba crudo en el campo de boyas de Sarpom, cerca de Savona, el pasado 19 de febrero. El objetivo es verificar si el AIS se apagó durante el viaje desde el puerto petrolero de Arzew hacia Italia.
El primer análisis de las imágenes tomadas por los buceadores mostró planchas del forro exterior dobladas hacia dentro del casco del petrolero y abolladuras en el doble casco interior sin rotura, además, de evidencias de numerosos peces muertos en las inmediaciones. El ataque podría haber causado graves daños ambientales si un segundo artefacto más potente hubiera explotado junto con el primero en lugar de desprenderse y explotar en el fondo del mar.
Dos expertos de la fiscalía han viajado a El Pireo, donde el barco va a reparar, para estudiar los daños en la plancha. Las imágenes mostraron un corte de 70x120cm en el casco exterior y se piensa que podrían haberse utilizado minas del tipo BPM1 o BPM2.
Se han ordenado análisis químicos del petróleo y de la ruta del barco, con el fin de verificar posibles anomalías que puedan apoyar la hipótesis de una conexión entre el petrolero y la flota en la sombra rusa, que trafica con petróleo ruso triangulando puertos rusos con puertos no europeos o repostando en centros de clasificación que operan de forma encubierta para vender petróleo ruso que está bajo embargo y, por tanto, no es comercializable en Europa.
Entre las maniobras y traslados sospechosos citados por los activistas, uno se refiere al petrolero ‘Sealeo’, que en agosto, antes de llegar al puerto de Augusta, apagó su rastreador durante 84 horas. El barco provenía del puerto ruso de Novorossiysk y el propietario del ‘Sealeo’ es Thenamaris, el mismo que el ‘Seajewel’ y el ‘Seacharm’, que sufrieron un ataque a mediados de enero frente a las costas de Turquía.