Para la botadura de una moderna barca de pesca de más de 1500 C.V., tripulación exigua y tremenda capacidadd extractiva, el armador y patrón avisa al cura para que bendiga el nombre y las posteriores singladuras:
-¿Qué nombre le vas a poner, hijo?.
-Pues yo había pensado, señor cura, en «Que Pesque Dios».
-No, hijo mío, no me parece un buen nombre. Piensa en otro.
-Pues entonces «Remedios», señor cura.
-Eso está mejor. ¿Es quizá el nombre de alguna pariente tuya?.
-No, es que he pensado que ya que no pesca, al menos que reme, que al precio que está el gasoil va a hacer falta.
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