Se denomina loco Iván a una maniobra usada por los submarinos de la antigua URSS en la que el submarino daba un giro de 180º para luego volver a la dirección original. La maniobra, que hace parecer que los rusos (Iván, de forma coloquial) actuaban de forma loca o errática, era en realidad una forma deliberada de compensar los defectos de los sonares montados en el casco. La estela que producía su posición en el exterior del casco permitía a otro submarino seguirlo sin ser detectado, por la zona ciega que este era incapaz de percibir. La maniobra estaba pues diseñada para invertir la situación entre presa y perseguidor.
Este nombre ha pasado a los ferries que la suelen hacer para ajustar la hora de llegada sin tocar la máquina, normalmente se ejecuta en el viaje de la noche que se va sobrado, no se entera nadie, en el departamento de máquinas se produce un efecto curioso, como las distancias son entre puertos conocidos es difícil explicar que se ha navegado varias millas de más, así que al Jefe le faltan litros o se le disparan los consumos pero es por no despertarlos antes de la hora para hacer el cambio a Diesel. Y alguna vez en cubierta se observa a algún pasajero con conocimientos de astronomía moviendo la alfombrilla.
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