Ojalá lo llamen el “Arlequín verde” por las similitudes. Sus estudios habrán hecho, nota de prensa, pero… igual la clave está en las subvenciones al hidrogeno, ahora que los de gas natural han dejado de usarlo para evitar tensionar el mercado.
Ha sido presentado en Fitur aprovechando la presencia de algún alto cargo. Mientras, GNV ha anunciado que va a construir más ferrys de los grandes para Baleares, lo que animará el mercado, aunque está claro que no serán competencia entre Ibiza y Formentera.
A lo que vamos, el nuevo buque, que se está construyendo en los astilleros Armón de Vigo, tendrá 83 metros de eslora y 15 de manga, podrá navegar a 12,5 nudos y transportar hasta 14 camiones.
Por la imagen, el barco será un cara-culo, es decir, menos marinero pero operativo tanto por proa como por popa, lo que agilizará las operaciones de embarque y desembarque y las maniobras en puerto. Está previsto que empiece a operar el verano de 2023 y dicen será el primero con cero emisiones en las entradas, salidas y estancias en las dársenas de Ibiza y Formentera, gracias a la instalación de baterías eléctricas que se recargarán durante la travesía. El barco será un laboratorio de pruebas para el uso del hidrógeno verde. En él se instalará una celda de combustible de hidrógeno comprimido de 100 KW, la de mayor capacidad que existe actualmente, para llevar a cabo una experiencia piloto en el uso de esta energía más ecoeficiente, que podría llegar a usarse para el consumo eléctrico de a bordo.
Desde el punto de vista de los pasajeros, dada su velocidad, indican que se está trabajando en un diseño que prime las acomodaciones exteriores, enfocado principalmente para el mercado de verano, con terrazas a distintos niveles donde se podrá disfrutar de las vistas al mar durante la travesía y con servicios enfocados al placer de viajar: zonas chill out, un gran bar con espacio para DJ y una zona de duchas para refrescarse. El ferry tendrá una capacidad para 350 pasajeros.