Mientras algunos puertos desmantelan las grúas eléctricas de toda la vida por modernas y humeantes grúas autopropulsadas, la Comisión Europea, y así lo ha dicho Ursula Von Der Leyen, va a incluir por primera vez al transporte marítimo en el recorte de las emisiones de gases con efecto invernadero.
La intención es que el régimen de comercio de derechos de emisión se aplique al transporte marítimo a partir de 2023.
Las consecuencias será que los armadores van a tener que mejorar la flota doméstica, y seguramente subir tarifas y llorar subvenciones pero finalmente tendrán que comprar cuotas de emisiones, de lo contrario no podrán atracar en los puertos de la UE. Y esto es como el precio de la luz en España, se espera que el precio de las cuotas suba mucho.
A partir de 2030, los buques de pasajeros (los transbordadores si están más de dos horas en puerto) y los portacontenedores tendrán que conectarse a la red eléctrica en el puerto.
La iniciativa marítima estimulará la adopción de combustibles marítimos sostenibles y tecnologías de emisiones cero, fijando un límite máximo al contenido de gases de efecto invernadero de la energía utilizada por los buques que hagan escala en los puertos europeos.
Los armadores nórdicos no montaran pollo, pero creo que griegos, italianos y lo que queda de nacionales no les va a hacer nada de gracia
Esto es un no parar…