Parece ser que el Ministerio de Transportes y Salvamento Marítimo han decidido dar un giro con los nombres de las Salvamares para poner el foco en las catástrofes medioambientales marítimas, concretamente en la mayor de todos los tiempos. El nuevo nombre elegido para la Salvamar deja a un lado las asépticas y anodinas estrellas que integraban la constelación de Embarcaciones de Intervención Rápida para centrarse y recordar los riesgos medioambientales que en su momento hicieron crecer la flota de remolcadores, (18 años desde el Prestige ya).
No le iban a poner el nombre inglés por el que los anglosajones conocen el desastre, que es el la plataforma Deepwater Horizon de Transocean, pero cualquiera que no viva de espaldas al mar sabe que el vertido del pozo Macondo, explotado por BP, ha sido la peor catástrofe medioambiental marítima de todos los tiempos.
Poca gracia les hará recordarlo a los ejecutivos de British Petroleum, empresa que acabó vendiendo refinerías para pagar las indemnizaciones, pero no es un mal homenaje a los 11 fallecidos en el accidente y recordatorio de lo arriesgado que es el negocio de las perforaciones en aguas profundas.
El 20 de abril de 2010, la plataforma que perforaba el pozo de petróleo “Macondo”, otorgado a BP y cuya prospección subcontrató esta, explotó, muriendo once personas, posteriormente, la plataforma se hundió, derramando unos 4,9 millones de barriles de petróleo (780000 M³) en las aguas del golfo de México. Es el mayor vertido de crudo accidental de la historia hasta la fecha, para ponerlo en contexto, el Prestige transportaba 63000M³, 12 veces menos de lo derramado en el Golfo de Mexico.
Con más desastres medioambientales marítimos que páginas tiene 100 años de soledad, veremos los nombres de las siguientes, pero la serie ha comenzado con la Salvamar Macondo se podría cerrar con la Salvamar Mokordo que pondría el foco en las depuradoras y los chorongos que flotan por las playas. En cualquier caso, la cuestión es que haya gatos para cazar los ratones.