El ministro de la Defensa, corroboró que el Guardacostas Naiguatá (GC-23) de la Armada Bolivariana de Venezuela se hundió tras chocar con el buque de pasajeros RCGS Resolute, de 122 metros de largo y 8.300 toneladas de desplazamiento, y bandera portuguesa, “en momentos en que se le efectuaba un procedimiento de control de tráfico marítimo, lo que generó daños de gran magnitud que ocasionaron la perdida del referido guardacostas”.
El GC-23 «Naiguatá» era uno de los buques de vigilancia de costa construidos por la empresa española Navantia en la primera década del siglo, como resultado del acuerdo para la construcción de una docena de fragatas de la clase «Guaicamacuto», de las cuales no todas fueron entregadas. El patrullero tenia 80 metros de eslora, capacidad para 44 tripulantes y 30 más en caso de necesidad, en popa albergaba una helisuperficie capaz para la toma de un 212
El ministro calificó la acción del buque Resolute «cobarde y criminal, toda vez que no asistió al rescate de los tripulantes, incumpliendo la normativa internacional que regula el salvamento de la vida en la mar. Este buque actualmente se encuentra en el puerto de Willemstad, capital de Curazao, donde atracó en horas de la mañana del día de hoy». El comunicado del Ministerio de la Defensa no aclara si el Resolute estaba con pasajeros a bordo, en momentos en que el tráfico marítimo internacional de cruceros está prácticamente detenido por la pandemia del coronavirus. El hecho ocurrió a la medianoche del día de ayer.
Afortunadamente, señala el comunicado, «nuestras labores de búsqueda y salvamento inmediatas, aunado al desempeño profesional y valiente de nuestros efectivos, permitieron el rescate íntegro de la tripulación».