Según cuenta la última Revista General de Marina, parece que el S-63, Marsopa, va a tener una suerte mejor que acabar pintado de amarillo en una rotonda de la 340.
De los cuatro submarinos de la serie Daphné, el S-61, Delfín, ya está en Torrevieja como museo flotante. El S-62 Tonina espera en convertirse en lo propio en Cartagena. Mientras que el S-63 Marsopa y el S-64 Narval se repartirán los destinos de Sevilla y Soller.
Como dicen en la Revista, parece que comenzamos a sensibilizarnos con el patrimonio marítimo.