En agosto de 2008, la neozelandesa Lisa Spearman, tripulante en labores administrativas del Voyager of the Seas, sufrió un accidente en el puerto de Barcelona durante un ejercicio rutinario de contraincendios, ahora el juzgado condena a Royal Caribbean a pagar 20.3 millones de indemnización, por ser negligente con respecto la formación, por no brindar la atención médica adecuada, por despedirla, por incumplir su contrato con ella y por no pagar su salario completo. Noticia en Tamba Bay
La tripulante participaba en el ejercicio cuando una enfermera del puerto, que no participaba en el simulacro, intento abrir una de las puertas estancas que se estaban cerrando, y al pasar se cayo. Lisa Spearman que estaba del otro lado se lanzó hacia ella para ayudarla y cuando puso su mano en el mando para mantener la puerta abierta, la puerta se volvió a abrir y al esconderse le aplasto la mano. Mientras se llamaba al puente para parar las puertas, la mano de la tripulante fue machacada tres veces más.
La enfermera salió ilesa, y Spearman se rompió el dedo corazón y el índice perdiendo las uñas de ambos dedos que fueron arrancadas. Para redondear el día, el médico de Barcelona, se equivocó con el diagnostico, le entablillo mal los dedos y agravo la lesión. Como resultado, le ha quedado dolor crónico, estrés postraumático y una avería curiosa que le impide mover correctamente los dedos.
Llama la atención, que en los tres años anteriores 12 tripulantes habían sufrido accidentes y daños originados por las puertas estancas cuando estas volvían a ocultarse en su posición de abiertas.
He buscado la investigación del accidente pero no he encontrado nada