El cartelito dice «prohibido amarrar», según me comentan para dejar más espacio al paso y evitar encontrarte una proa en el camarote, pero qué gusto navegar con la casa, la familia y el coche a cuestas, y encima sin temporales por esos canales y ríos. La barcaza al final tuvo que ser reflotada con la ayuda de otra tirando.
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