La OSG ha anunciado que Samuel H. Norton se convertirá en presidente y CEO de la naviera. Norton sustituirá al Capitán Ian T. Blackley, presidente y CEO actual, que se retirará del cargo de presidente, director general y director de OSG el 29 de diciembre de 2016.
Cada vez que leo algo de Ian T. me recuerda a Goirena, el Jefe que le bautizo como Mr. Loctite, por aquello de tapar los cracks de cubierta con el afamado pegamento cuando era inspector en la época de Mr. Levy, entre sus logros, fue uno de los marinos mejor pagados del mundo y presidente de la naviera donde desarrolló toda su vida profesional, aunque también se chupo que en un momento dado acabaron firmando el capitulo 11.
Más o menos, tras liquidarse a los españoles (para meter “económicos” ingleses con subalternos filipinos en los bulkcarriers, manda carallo!!!), la salida que ofrecieron fue ir al triangulo divertido; Jakarta, Singapur, Hong Kong en los “product carriers” Mary Ann y Suzanne. Poco les duro la alegría a los ingleses, que tras recibir barcos bien mantenidos y cuidados, el karma decidió que el “core” era el petroleo, así que acabaron fundiéndose los bulkcarries y con ellos a muchos ingleses.
Nuestro Mr. Loctite escapó de la quema y se marcho para la matriz de USA antes de que cayeran las oficinas de Newcastle, simplificando, era mejor mantener las oficinas de NY para los obligados americanos del cabotaje e incluir allí a los pocos ingleses que quedaban.
La OSG fue fundada tras la 2GM, los barcos con chimenea azul inicialmente lucían en ella un candelabro de 7 brazos, que por amenazas y sentido comercial acabó desapareciendo, acogió a marinos españoles prácticamente desde el principio y los mantuvo, según contaba algún veterano por gratitud durante su último éxodo, con el paso del tiempo, la viejas glorias se fueron retirando, la empresa siguió creciendo, desmesuradamente en oficinas, y perdió el espíritu familiar.
Los nuevos fichajes eran abogados, economistas, brokers y expertos en gestión pero sin conocimiento de campo, estos números uno de sus promociones acabaron copando los puestos de los viejos jubilados, la mayoría Jefes y Capitanes que habían mamado la empresa desde sus orígenes y comos suele pasar y ahora se lleva, al llegar la última crisis, la empresa había crecido por encima de sus posibilidades, acabaron llamando al amparo del Capitulo 11. Mientras en las oficinas cada uno buscaba como recolocarse o salvar su puesto, la flota se paraba y los acreedores veían que las perdidas se iban a disparar. Conocedor de las intrigas, los entresijos y discípulo de los veteranos, sería Blackley el encargado de reformular la linea estratégica y salvar los muebles, en este caso barcos.