Un Astrolabio ¿Pero si es muy fácil?

[Rigel]

Opiniones de sesudos investigadores sobre navegación en el siglo XVI.

……”más como en los cielos al movimiento del primer movedor anden perpetuamente de Levante a Poniente, es tenido por todos los pilotos y marineros por imposible, el poder el camino que la nave ha hecho de Leste a Oeste, o de Oeste a Leste: y esto porque de Levante a Poniente en los cielos no ay punto ni estrella queda: a la cual al parecer dellos puedan encarar y aplicar los instrumentos náuticos, para saber el camino”,Pedro de Siria, 1602

Al cuartear la rosa opinan todos los autores náuticos desde el Medievo
….”el único instrumento que hasta ahora se ha descubierto para averiguar la dirección del camino de la nave y tal vez el único que jamás conocerá”.
Martín Cortés,

En caso de quedaros sin GPS, ni nada de nada, y encima sin sextante que llevarse a la boca, aprender a construirse un instrumento para medir alturas de los astros.
“Débase tomar una plancha de latón del grosor que quisieres el astrolabio y es el común tamaño que tenga un palmo de diámetro y que sea tan gruesa como medio dedo por lo menos, porque más pesado fuere, tanto más aplomado estará para tomar la altura, la cual lámina o plancha se ha de arrendodar haciéndola en ella un círculo dejando fuera de él salida una esquina en la formaremos un asa y en esta asa haremos un agujero, en el cual después de trazado el astrolabio, se ha de poner una armilla con un fiel, del cual se ha de colgar el astrolabio para tomar la altura…
….cuelga el astrolabio de la armilla y pon la alidada contra el sol alcala o barala el quarto graduado hasta que el rayo de sol entre por el agujero pequeño de la pínula y de preciso en otro agujero pequeño de la otra pínula; entonces mirarás la línea graduada u cuantos grados tenga el sol de altura.

Mi opinión es que debe construirse uno, colgado en un mamparo del cuarto de derrota dará un toque de frescor con tanta electrónica.

[Mariano García]

Estimado Juan-Rigel,
Apoyo tu idea e incluso también colgar un botijo, como había antes, en el pasillo entre la derrota y la telegrafía. ¡Qué agua tan fresquita bebíamos cuando navegábamos por el trópico!

Pero ¡ojo! con el ojo al medir una altura del sol con el astrolabio, para no quedar ciegos como nuestros antiguos pilotos.

Saludos.

[Tramontana]

Este artículo pone al astrolabio como precursor de lo que es a día de hoy un smartphone.


The Story of the Astrolabe, the Original Smartphone

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In general, these multi-use tools consist of a circular stack of sliding features all embedded within a disk called a “mater”. A round plate containing a two-dimensional projection of the Earth’s latitudinal lines sits within the mater and, over that plate, another circular feature called the “rete” contains the locations of certain well-known stars in the sky. Over that, a straight rule pivots around to line up with time measurements along the edge of the mater. And on the back of the whole thing, a pivotable siting device helps find the altitude of a star—often the starting point of a calculation.

Because the geography of the sky changes with your latitude, astrolabes commonly came with a series of plates associated with different latitudes of large cities. And though they could have been made out of a variety of materials, the majority that remain intact today are made of brass, very ornate, and are often associated with the educated elite
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It’s difficult to know who first invented the astrolabe, since writings about the earliest astrolabes were likely recorded on papyrus that has decayed, says Jones. But there is strong evidence that the astrolabe got its start around the time of Claudius Ptolemy, a famous Greek astronomer who lived in the Roman Empire during the 2nd century AD. Ptolemy left records suggesting he used a three-dimensional instrument similar to the astrolabe to make calculations
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But Huth’s research interest in astrolabes lies in yet another, perhaps more tangible, application of tool: ancient navigation, the topic of a book he published in 2013. An astrolabe would have been amongst the suite of tools that Christopher Columbus would have used when exploring the New World, for example, along with a quadrant and various tables and almanacs with pertinent information. Portuguese explorers who were accustomed to using the North Star, or Polaris, to find their way also used this tool when they dipped close enough to the equator that Polaris was no longer visible.

“Bartolomeu Dias used the astrolabe to figure out the latitude of the Cape of Good Hope in 1488, because they were so far south that they lost Polaris,” Huth says.

In fact, many of the astrolabes recovered today are found in shipwrecks from Spanish and Portuguese mariners
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But by the 17th and 18th centuries, mechanical clocks were becoming more reliable and affordable. On top of that, new rational approaches to science were developing, and people’s faith in astrology, and therefore their need for astrolabes, began to subside.
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