Es curioso que los americanos estén pensando en el impacto sonoro en los bichos que habitan los océanos y aquí todavía permitamos a los motoruidistas de fardahuevos y motora romper el bullicio y griterío de las playas con sus escapes libres.
Lo cierto es que los sonares han aumentado de potencia y además de sus usos militares, a ver quién les dice a los de la Grey line que los apaguen, también se están empleando para buscar yacimientos en el subsuelo marino, como consecuencia, y sin tener datos estadísticos, da la sensación que cada vez hay más mamíferos marinos que acaban “sonaos” y terminan varando.
Ahora desde el NOAA, que es la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de los norteamericanos, piden comentarios para realizar una Guía que evalúe los efectos de los ruidos generados por el hombre sobre los mamíferos marinos, una vez terminada tienen intención de usar esas directrices para evaluar y emitir las autorizaciones de las actividades que puedan afectar a las Especies en Peligro. De momento tienen un interesante Borrador de la Guía que esperan completar con las aportaciones que reciban.
hace tiempo que no paso por tu pagina porque voy dejando de lado RSS y estoy pasandome a twitter.
Tienes cuenta donde seguirte?
Muchas gracias.
Me da mucha pena no poder seguirte mas amenudo pero desde la muerte google reader…