El otro día decía el Director General de la Asociación de Navieros Españoles en el Diario del Puerto (Suscripción) que a final de 2013 solo quedanban 121 buques mercantes con pabellón español, 11 menos que en 2012.
Si contaba los barcos que operan bajo los intereses españoles pero con bandera de conveniencia, estábamos hablando de 221, en este caso se habían perdido 12 barcos respecto a 2012. (Acceso completo en la web de la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar)
Achacaba la culpa, a la falta de competitividad de la bandera española al no dar estabilidad jurídica a la contratación de tripulantes, pero viendo que incluso bajo cualquier pabellón pierden barcos, no parece que sea culpa de los sueldos que se están pagando y de las condiciones de embarque en España. Ahora mismo, ademas de tener toda esa exigua flota en el REBECA, con unas importantes bonificaciones, está el invento acordado con los agentes sociales sobre las profesiones de difícil cobertura, que viene a decir, que si por el sueldo que pagan no encuentran a un nacional pueden contratar a un extranjero.
Vistos esos datos, el problema de la competitividad no parece que sea cosa de la bandera, sino más bien de sus gestores que no son competitivos bajo cualquier pabellón, curiosamente ellos mismos publican esos datos. En este país, que siempre está de espaldas al mar, el sector de los naviero no tiene la suficiente masa crítica para tener el derecho de pernada de eléctricas, bancos o constructoras, aunque los que con ellos se acuestan y salen de potes, ya les gustaría.
Cuando empezaba la crisis, uno comentaba que la empresa naviera donde había invertido tenía perdidas, indagando un poco más, lo que llamaba perdidas, eran realmente perdidas de beneficio, es decir, que para el dinero que tenía inmovilizado no ganaba tanto como invirtiendo en otro sector como podían ser renovables. Esos no son navieros, lo mismo les da un barco que diez discotecas, no tienen orgullo de tener su nombre en la amura o su contraseña en la chimenea navegando por todo el mundo, consideran al personal fichas y les preocupa tres pimientos como vivan o como se acuerden de ellos. Con estos mimbres poca flota se puede tener.
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Este es el ejemplo de una compañia como Acciona- Transmediterranea . Que despues de que ocho de sus buques amarrrados y sin actividad en puertos repartidos por diversos puertos del estado, cambio el pabellon de estos a (Malta) y su gestion a V.Ships. Los marinos españoles que en ellos trabajaban ISM les obligo a establecer un convenio especial . Al final de sus embarques los contratos no estaban registrados y estos compañeros fueron calificadaos como Inmigrates retornados (sin haber salido de puertos españoles ) y sin derecho a prestaciones. Posteriormente gracias a ese listado (que se emitio a raiz de este caso) de ocupación de dificil cobertura, hacer remplazos por compañeros de otras nacionalidades.